No había podido escribir antes ya que en el hospital no tenían internet.
El pasado Martes 22.02.11 operaron a Luca del paladar blando. Llegamos un día antes para recorrer todo tipo de médicos que estarían presentes en la operación y estuvimos algunas horas ocupados en eso.
Ésta ocación estaba mi prima presente que nos ayudaba en todo lo que podía. Daniel y ella regresaban por la noche a casa y llegaban por las maniana al hospital para estar todo el día con nosotros. La primera noche fue muy tranquila, Luca durmió como siempre toda la noche.
Al siguiente día era la operación a las 10 am, así que nos despertamos un poco mas temprano para empezar con los preperativos. Como Luca no podía comer, me dejaron a mi también sin desayuno para no antojarle al pobre chiquillo.
Mas tarde llegó una enfermera a darle un tranquilizante el cuál puso a Luca algunos minutos después así:
Tras unos 15 minutos el tranquilizante dejó de hacerle efecto y Luca quería empezar a gatear y caminar en su camita; ya ibamos rumbo al quirofano.
Al llegar a las puertas del quirofano empezaron a salir mis lagrimas y no pude dejar de llorar pensando que mi pequenio iba una vez más a ser operado. Intenté tranquilizarme para que Luca no sintiera mis nervios y mi prima me abrazaba fuerte para que me sintiera mejor. Esperamos algunos minutos y en eso llegaron médicos y enfermeras a ponerle la cánula en la mano, yo decidí voltearme para no ver y solo escuchaba risas de todos, así que pregunté que pasaba y el pequenio Luca tenía tanta fuerza que no se dejaba poner nada y estaba pataleando y pegando. Tras algunos minutos de luchas e intentos con él y 5 personas agarrandolo lograron poner la cánula. El médico nos dijos que nos despidieramos de él y que todo iba a salir muy bien. Le di un beso y le dije que más tarde lo veía y que lo iba a sacar lo más pronto posible de ese hospital, que no tuviera miedo.
Salimos de quirofano y nos fuimos los tres directo al jardín del hospital para tranquilizarnos un poco.
Después de desayunar y esperar más de 2 horas, escuché que se habría la puerta de la estación y venía una cama, así que corrí para ver si era Luca pero era otro bebe que habían operado. Empezé a ponerme nerviosa, lo único que quería es ver a mi hijo.
Como Daniel estaba en el pasillo esperando a que Luca pasara, llegó una enfermera a decir que iba a recogerlo del quirofano y si queríamos podíamos venir, así que los tres fuimos por Luca. Al llegar vi a mi bebe chiquitito acostado en su camita durmiendo y roncando, estaba ya tan tranquila que me causó gracia escuchar los ronquidos tan fuertes que estaba haciendo!!
Llevamos a Luca a la estación de terapia intensiva, ya que el paladar blando podía inflamarse tanto que cerraría su cuello y podría dejar de respirar, así que para emergencias lo dejaron ahí algunas horas. Luca estaba despertando y le daban de nuevo ataques de llanto y dolor con los cuales se retorcía en los brazos de Daniel. Fue tanto para mi que de nuevo salian mis lagrimas, quería ayudarlo pero no sabía como, más bien no podía hacer nada más que acariciarle y decirle que pronto estaríamos en casa.
Por la noche Luca estaba como nuevo, ya se había parado y reía un poco. Tan bien se sentía que decidió quitarse la cánula, así que Daniel y yo asustados corrimos con las enfermeras para avisar y preguntar si era grave a lo que nos dijeron que para una emergencia tendría que pincharlo de nuevo pero por el momento no había problema.
Por la noche despertó una vez a las 3 am y tomó por primera vez de nuevo de su biberón. Horas antes lo habían alimentado por la sonda estomacal.
Al siguiente día fuimos a ver al cirujano que lo operó y le platiqué que Luca desde anoche había tomado solito de su bibe, a lo que el muy sorprendido me dijo: Por lo general tardan 3 días en tomar solos, pero me alegra mucho que esté tan fuerte!
Con cada hora que pasaba Luca se recuperaba mejor y por la tarde decidí ir de nuevo con el cirujano para preguntar cuando podíamos ir a casa. Al llegar, Daniel le dijo que Luca tomaba excelente y que estaba como nuevo, así que el Prof. Dr. Kreusch nos dijo que al siguiente día nos daba de alta.
Pues así fue, al siguiente día fuimos a verlo de nuevo y al otorrinolaringologo también y de ahí nos fuimos directo a casa a descanzar.
Hubo algunos cambios ésta vez:
Luca tenía los famosos tubos de ventilación con los cuales se le produjo la infección del oido medio del lado derecho y algunos meses mas tarde también del izquierdo. En quirofano decidieron los médicos quitarselos y esperar a que sane, observar si puede vivir sin ellos y sino de nuevo anestesia general y ponerle nuevos. Así que esperemos que ésta vez todo vaya bien y no los necesite nunca mas.
También ha tenido que dejar de comer y solo puede alimentarse de leche hasta que los médicos nos den luz verde. Por ahora estamos recuperandonos en casa los 3!!
Aqui algunas fotos de antes y después de la operación:

Preparandose para la operación.

Sala de espera antes de entrar a quirofano. Tiempo para despedirnos!

Pocos minutos después de salir de quirofano en la estación de terapia intensiva y neonatología.