domingo, 18 de abril de 2010

Que es el Labio Leporino?

Me he dado cuenta que muchas personas, incluyendome a mi misma, no sabíamos o sabemos que es el labio leporino.
Muchos piensan que es una enfermedad o que es un sindrome. Incluso he escuchado de personas decir que el labio leporino aparece cuando un eclipse también.
Muchos creen que si no se toma ácido fólico en el embarazo, entonces aparece el labio leporino.
Bueno, pues todos esos son mitos y leyendas urbanas.
Desde antes que quedara embarazada yo tomaba ácido fólico, no fumaba ni tomaba y me cuidaba bastante.
Uno de cada 500 niños padece de labio leporino; pero ¿que es el labio leporino?

Es una malformación congénita que incluye una incidencia de 1 de cada 500 seres humanos. Su caracteristica común es que en la formación embrionaria, partes de la boca no logran desarrollarse normalmente.
Entre las semanas 5 y 7 de gestación se fusionan las superficies delanteras de la cara de la izquierda y la derecha entre sí.
Si este proceso de fusión no es completo, no empieza a completarse o se rasga el tejido nuevo, tiene un labio leporino/paladar hendido a seguir.

El labio leporino no tiene que ver con un retraso mental, por que no lo existe. No es una enfermedad y tampoco es algo que se pueda evitar.
No importa que tanto nos cuidemos en el embarazo o no. Si las partes de la cara no logran fusionarse, entonces aparecerá el labio leporino.
El labio leporino si es hereditario, pero en nuestra familia no existen esos antecedentes. Realmente no se sabe por que razón no logran fusionarse las partes de la cara.
Claro que el ácido fólico, comer sano, no beber ni fumar ayudan a evitar este tipo de malformaciones, pero nada es una garantía, uno no se puede escoger la salud de los bebes.
De una u otra manera es un “defecto de belleza” que con algunas operaciones todo queda en el pasado.

miércoles, 14 de abril de 2010

La nueva plaquita ya llegó.

El Miércoles pasado fuimos a recoger la plaquita nueva de Luca. La amiga de mi padre nos pudo llevar al hospital y todo salió muy bien. Tuvimos que volver a ir a chequeo el Lunes, pues a veces la plaquita puede que lo lastime y deben de pulirla de esa parte.
Entre esas que controlaban la plaquita, decidieron tomar una nueva foto de Luca para sus archivos del hospital, pues la primera foto es en la que sale llorando y al cirujano le gusta tener a puros bebes y niños felices. Como Luca se ponia a llorar porque lo habían despertado, se tuvieron que poner el dentista y el cirujano a jugar “payaso” para que Luca no llorara más; vieran la divertida que me di viendo a los dos haciendo sonidos de “rin rin, piuuu piuuu, pssst pssst, ding ding ding” jajaja.
Al salir del consultorio e ir a la resepción a pedir una nueva cita, salió la hija de la amiga de mi padre disparada de la sala de espera llamandome “Ruth, Ruth entra rápido”. En lo que ellas habían estado esperando a que terminaramos de salir de consulta, habían conocido a una pareja muy joven, supongo que principios de los 20 con una niña preciosa llamada Gloria de 16 meses, la cual también había nacido con labio, encia y paladar hendido del mimso lado que Luca. Al yo ver a la niña, me quedé sorprendida; no se le podía ver absolutamente nada de una operación. Era increible, solo se veía una pequeña parte roja y parecía como si se hubiese caido y le hubiese quedado rojito.
Al ellos ver a Luca me dijeron “pero Gloria tenía la abertura mas grande que tu bebe”.
Estuvimos un poco platicando sobre las operaciones, pues ellos ya llevan 2. Les hice algunas preguntas de lo indispensable para nuestra operación, que cada día se aproxima más.
A Dani y a mi nos simpatizaron bastante.
Rumbo a casa iba todo el tiempo pensado “por que no les pedí su teléfono? Por que no pregunte por un e-mail?”
así que “obligué” a Dani a llamar al hospital y pedir el teléfono de la familia.
Por lo general esta prohibido dar teléfonos de los demas pacientes, pero como la enfermera vió que estuvimos platicando un buen tiempo, decidió darle el teléfono a Dani.
Bueno, debo decir que hasta hoy he olvidado llamarles, pero seguro que mañana lo hago.
Por fin se acabaron las vacaciones de Dani, así que todo volverá a la normalidad. No es que no quiera tenerlo en casa, pero es que no me puedo organizar, pues ya se han de imaginar; despertarse tarde, platicar, platicar, platicar..y nunca llego a nada, la casa era un desastre estos días y la cocina era una pesadilla. Mañana será la primera ves que estaré medio día sola con Luca, pues desde las últimas semanas de mi embarazo hasta hoy, Dani tuvo vacaciones.
Espero que Luca esté tranquilito mientras Dani no está.

lunes, 5 de abril de 2010

La plaquita se rompió

Luca ya está a punto de cumplir 2 meses. Debo decir que es un bebe muy tranquilo y no suele llorar mas que cuando tiene hambre.
Hace algunos días que Luca estaba muy intranquilo, no dormía en todo el día y no lograbamos que cerrara un ojo hasta las 2 am.
Dani y yo pensabamos que tenía dolor de estomago, así que le preparé un té el cual mezclé con leche materna y Luca muy obediente se lo tomó. Supongo que su tranquilidad duró 15 minutos. Ya iban para 3 días con su llanto continuo y yo ya no sabia que hacer, me desesperaba no saber lo que tenía y me entraba el sentimiento de “mala mamá” al no poder calmarlo.



Tras días de agotamiento decidí que debía de dormir un rato por la tarde, así que dejé a Dani cuidare al bebé, cosa que le encanta hacer. Al despertar, lo primero que escuché de Dani fue: “creo que ya se por que llora Luca; su plaquita de la boca se ha roto de la parte de atras y lo está lastimando”.
Supongo que en estos momentos se han de preguntar: “y que diantres es una plaquita en la boca?
Volvamos un poco atrás. Como sabrán, o tal vez no pero aquí se los contaré, un niño con paladar hendido no puede ser amamantado y si esque lo puede, implica trabajo de HORAS! Y digo horas porque son varias, así que necesitan una plaquita en la boca (estilo paladar post brackets) que le ayuda a cerrar el paladar y a poner la lengua de forma adecuada, pues si la lengua no se está de forma adecuada implica problemas de habla.
Así que al segundo día de nacido, tomaron la muestra de su paladar con una “masa”. A las 24 horas ya estaba lista su plaquita, así que solo debíamos de aprender como se sacaba y metía de la boca.
Vamos que la plaquita es parecida a un “paladar” pero no es lo mismo, así que también implica usar mamilas especiales para bebes que no pueden succionar bien; y no solo sirven para bebes con paladar hendido, pues también hay muchos prematuros o bebes que aún no saben o tienen la fuerza de succionar bien del pecho de la madre.

Como les decía, la plaquita de Luca estaba rota. ¡Vaya, por eso mismo no dejaba de llorar el pequeño!
Dani llamó al hospital y avisó. Nos dieron cita para el siguiente día a las 14:00.
Al siguiente día ya nos encontrabamos en el hospital esperando ser atendidos. Cuando el dentista entró y checó la boca de Luca nos dijo que si lo había estado lastimando mucho y que debía de mandar a hacer una nueva plaquita. Para nuestra “buena suerte” era pascuas, así que eso quería decir: Esperarse hasta la siguiente semana a que llegue la plaquita, pero mejor aún, para esa noche habíamos planeado salir Dani y yo solos a un concierto y dejar al pequeño en casa de mi padre. La verdad es que pensé muchas veces en cancelar la salida y quedarme en casa con Luca, pero al escuchar las palabras tranquilizadoras de mi padre “no le va a pasar nada, aquí estará bien” decidí que era justo salir aunque sea por 3 horas.
Tenemos cita el próximo Miércoles, eso quiere decir: ir al hospital Miércoles por la nueva plaquita, Jueves para ver si todo sigue bien y no lo está lastimando, 1 semana mas tarde para control, 2 semanas mas tarde para control. Y ya se han de imaginar que “buen viaje” ha de ser cuando uno no tiene coche. Aunque realmente sin coche es casi imposible llegar a ese hospital, pues como se han de imaginar, aqui no es de que pasa el bus casa 5 minutos (bueno fuera) pues van con horario. Hace meses cuando aún estaba embarazada e ibamos a ir a ver al especialista de ultrasonido, decidimos irnos en bus y mejor no les cuento cuanto tiempo nos hicimos de ida y regreso.. (3 horas de ida y 3 de regreso). Lo mas gracioso del asunto es que en coche uno se hace 20 min. de ida y 20 de regreso!!
Pero debo agradecer a mi padre y a la mejor amiga de él, pues ellos son los que siempre nos llevan, cláro que sólo cuando pueden!
Ya les contaré como es que llegamos al hospital.


Plaquita de Luca


Y así funciona la plaquita



Mamila especial de Medela (Habermansauger)



Y así funciona la mamila




Bomba extractora de leche. Es la misma que tengo en casa, es prestada por la farmacia y el seguro médico la paga. El precio nuevo es de 1,690 euros!!


Por que así es la vida.

Hola, mi nombre es Ruth, tengo 18 años y desde el 16 de Febrero fui por primera vez madre de un hermoso niño que vino a este mundo con labio leporino y paladar hendido.

En mayo del 2009, mi novio Daniel y yo decidimos que queríamos tener un bebé. La felicidad e ilusión se volvieron muy rápido realidad, pues el 22 de Junio me enteré que ¡estaba embarazada! Estábamos tan emocionados y felices, pues iba a ser nuestro primer bebé.

Todo iba viento en popa, todo era maravilloso. Daniel seguía terminando su Abitur, un grado que se realiza aquí en Alemania para poder entrar a la Universidad. De vez en cuando trabajaba en el negocio del novio de su mamá. Nos iba tan bien, no teníamos preocupación alguna, todo era grandioso.

Yo por lo consiguiente, iba cada 4 semanas al ginecólogo a revisar que todo fuese bien. Era tan increíble pero a la vez aterrador ver como mi panza iba creciendo cada día mas y como en cada ultrasonido se empezaba a distinguir y parecer mas a un pequeño ser humano.

Daniel y yo nos cambiamos de ciudad en Octubre, pues fue aceptado en la Universidad de Hamburgo, así que al igual que cambiar de ciudad, cambié de ginecólogo.

Era un Doctor tan amable y serio que me proporcionaba la confianza que necesitaba. Aún recuerdo la primera vez que fui, el 2 de Octubre, ese mismo día nos enteramos que esperábamos a un niño. Yo me encontraba en la semana 20 de gestación. Creo que no me sorprendió tanto la noticia, pues yo ya me imaginaba que sería un varón, pues en la familia de él y en la mía todos los bebes que han nacido han sido hombres, a excepción de mi hermana y yo.

Ya era noviembre. Como cada 4 semanas, volví a acudir a mi cita y como cada 4 semanas, Daniel venía conmigo.

El Doctor me preguntó lo mismo de siempre y después pasamos a la habitación de ultrasonidos. Él estaba tan serio. Sólo movia el aparato de un lado a otro sobre mi abdomen. No decía nada. Fueron algunos minutos de silencio hasta que por fin dijo algo. Nos comentó que parecia que Luca venía con el labio abierto y paladar hendido, que no estaba seguro, así que me mandó a un ultrasonido especial, el cual era con doctores realmente especializados en ultrasonido prenatal para detectar malformaciones, síndromes, etc.

Mientras él hablaba y comentaba lo que debíamos hacer, yo estaba perpleja, no salía ni una sola palabra de mi boca, estaba asustada. Jamás en mi vida había escuchado gran cosa de “labio leporino”. Tal vez había cruzado esa palabra alguna vez por mis oídos, pero realmente no sabía por qué ni cuáles eran los motivos de que una persona tuviese labio leporino. Yo estaba en shock.

Al salir del consultorio, no pude más y me solté a llorar. Estaba destrozada en ese momento. Todo el tiempo me rondaba la pregunta ¿por qué? ¿por qué a nosotros? ¿por qué nuestro bebe?

Todo el camino a casa fui llorando. Había momentos en que las lágrimas secaban, pero después volvía a subir todo el sentimiento y las miles de preguntas; ¿qué hice mal? ¿es mi culpa? Toda la tarde seguí en casa llorando. Daniel sólo me decia “debemos esperar, aún no es nada seguro”. Ese día me compró unos chocolates para que me pudiese sentir mejor.

El 2 de Diciembre fuimos al especialista. Yo estaba tranquila, me había hecho a la idea de que podría ser una mala noticia, aunque en realidad sólo me decia a mi misma “todo saldrá bien”.

Entramos con el Doctor y empezó con el ultrasonido. Empezó a medir al bebe por todos lados y a capturar algunas fotos. Todo fue muy rápido.

Nos pidio que tomaramos asiento para informarnos de los resultados que había visto. Pues efectivamente, nuestro hijo, nuestro mas deseado hijo vendría al mundo con el labio y la encía abierta; el paladar aún no era seguro. Daniel se soltó a llorar. Yo a mi manera fui fuerte, no lloré e intenté darle ánimo a Daniel, que de verdad se encontraba muy mal.

El Doctor del ultrasonido nos mandó al edificio de enfrente (era un hospital) para que tuvieramos una plática con el cirujano plástico.

El Prof. Kreusch nos recibió muy amablemente y se tomó su tiempo para explicar, hablar y quitarnos el miedo. Nos repitió varias veces que no había sido nuestra culpa, que 1 de cada 500 niños en Alemania presenta esa malformación y que se deja operar muy fácil. Nos enseñó muchas fotos de antes/despues de las operaciones que él había realizado. Daniel y yo estábamos más tranquilos y viendo positivo, aunque aún seguía el dolor ahí.

Yo invertí mucho tiempo en buscar información sobre el labio leporino y encontré un foro alemán donde padres y gente que tuvo labio leporino escribe sus experiencias, pone fotos y ayudan a padres que se encuentren en la misma situación. Ese foro fue mi salvación, pues después de unas semanas, todo estaba olvidado. Podía volver a sonreir y reir y esperar el gran momento.

El 15 de Febrero a las 5:00 am empezaron las contracciones. Daniel tenía ese día un examen, así que me quedé sola por la mañana en casa.

Todo el tiempo estuvimos mandandonos mensajes al móvil. Ya era la 1 de la tarde y yo quería dormir un poco, así que pensé en recostarme en la sala por unas horas cuando en eso sentí que un poco de líquido salía, pero fue tan poco que no me alarmé. Esperé a Daniel y se lo comenté, pero no vimos razón alguna para ir al hospital, pues las contracciones aún no eran tan fuertes como para no aguantarlas.

A las 2 am (ya 16 de Febrero) decidí llamar a mi padre para que nos llevara al hospital, pues ya eran tantas horas con contracciones que empecé a tener miedo de que al bebé le pasara algo.

Al llegar, empezaron a checar la frecuencia de las contracciones y revisaron si estaba perdiendo líquido amniótico, a lo que el resultado fue positivo y me internaron. Dos horas más tarde, las contracciones se habían vuelto irregulares, así que me dieron ¼ de pastilla para que frecuentaran y se volvieran regulares y fuertes. Al mismo tiempo, me pusieron un gotero de 500 ml con antibióticos, pues me dijeron que ya eran tantas horas de que la bolsa se había desgarrado y podrían entrar bacterias, así que cada 4 horas me iban a dar por gotero 500 ml de antibióticos. Yo estaba aterrada, pues le tenía mas miedo a la agujas e inyecciones que al parto.

Ya eran las 10 de la mañana y yo intentaba dormir, pero las contracciones eran tan fuertes que no podía pegar ni un ojo, cuando en eso, medio dormida sentí un “plash” y muy caliente. ¡Sí! la bolsa se había roto y yo me asusté bastante al ver cuanta agua salia, ¡aparte de que era una sensación horrible!!

De la habitación en la que estaba me subieron al paritorio. Las contracciones eran horribles pero yo quería aguantar.

Después de algunas horas y con 2 cm de dilatación yo ya estaba cansada y con ganas de parir. Ya no aguantaba más el dolor, cada contracción ya era un sufrimiento para mi. No aguanté más y me puse a llorar de impotencia y por primera vez pasó por mi cabeza pedir la epidural. Cuando se lo comenté a Daniel me preguntó varias, de hecho muchas veces si estaba segura, a lo que yo llorando dije que sí, que ya no aguantaba más.

Diez minutos mas tarde estaba el anestesiólogo ahí. Me hizo 20 mil preguntas de todo tipo a lo que yo solo decía que sí. Simplemente ya no quería dolor que realmente no presté atención a lo que me decía.

La verdad, no puedo recordar muy bien el dolor de la anestesia o de cuando me estaban anestesiando, pues las contracciones hacían que olvidara todo lo que pasaba a mi alrededor.

Al cabo de unos 10 minutos NADA DE DOLOR, yo estaba como nueva, como si jamás hubiese tenido dolor alguno. Me puse a platicar con Daniel y con las matronas. Todas estaban riendose de mi cambio tan drástico de humor.

A las 16:15 nació Luca Maximilian Witzke, con 3230 gramos de peso, 50 cm de talla y 35 de cabeza.

Todo fue tan maravilloso que incluso una de las matronas se puso a llorar, pues dijo que ese momento se le hizo tan bello y único que debía de derramar lágrimas.

Al ver a mi hijo y tenerlo en brazos, todas las preocupaciones que tuve en el embarazo se fueron. El labio era lo de menos, de hecho ni me había interesado en ese momento. Al escuchar su llanto y saber que él estaba bien, fui feliz y agradecí lo que tenía.

Desde que quedé embarazada supe que a mi hijo lo iba a alimentar con leche materna. El día que nació supe que iba a tener que extraerme la leche, pues no iba a poder amamantarlo. Desde el 16 de Febrero cada 3 horas me voy a la bomba extractora de leche. No les contaré maravillas ni lo lindo que es, por que les aseguro, NO LO ES! Incluso los primeros días me ponía a veces a llorar, pues me sentía como una máquina de alimentación, pero yo sé que es lo mejor para mi hijo y para nuestro bolsillo también, aparte de que a él le esperan algunas operaciones y debe de estar fuerte para llevarlas mejor.

Realmente no creo que implique mas trabajo tener a un hijo con labio leporino a uno que no. Tal vez son más visitas a doctores y bastante trabajo e incomodidad con extraer la leche, pero uno se acostumbra y más cuando uno tiene el tiempo del mundo para realizar esas actividades.

Luca ya tiene 1 mes. Aún no puedo contar gran experiencia de operaciones, pero sé que el 8 de Junio viene la primera, en la cual van a cerrar su labio.

Papá y yo lo amamos tal y como es, al igual que el resto de su familia. Es un niño tan especial que no encuentro palabras para describirlo.